lunes, 7 de abril de 2008

Consideraciones iniciales: de dónde partimos: guerra civil y constitución del 78

España, tras la radicalizacion de las izquierdas y la derecha y una espiral de violencia por parte de ambos bandos en la década de los años 30 del siglo pasado entró en una guerra civil. El bando del frentepopular, llamado republicano o de los rojos, distaba mucho de ser democrático ( quema de iglesias, revueltas y asesinatos anarquistas, alineación con el comunismo y stalin, represión mediante checas, etc ), a pesar de contar con un apoyo social importante y por otra parte, el bando nacional tampoco era democrático pues es cierto que estuvo aliado con el fascismo de Hitler y Mussolini. Tras la tragedia de la guerra, sobrevinieron 40 años de dictadura, muy condenables, donde no había libertades, hasta que con la muerte de Franco se hizo una "transición a la democracia". En dicha transición llegó la reconciliación nacional entre los Españoles mediante la constitución Española de 1978.



En 1978, España se dotó de la Constitución más democrática y consensuada de su historia, basada en tres valores clave: la unidad de la nación, las libertades y la reconciliación final y oficial entre los vencedores y los vencidos de la guerra civil, ya lograda en la sociedad muchos años antes. Ninguna otra ley obtendría hoy tal consenso, y por ello tal valor para nuestra convivencia. Como toda obra humana, tiene defectos, y puede y debe ser reformada. Pero sus virtudes han traído al pueblo español una larga época de paz, libertad y prosperidad, que sería una locura poner en riesgo.


Algunos partidos y políticos rechazaron la Constitución, abierta o solapadamente. Sus métodos los definen: el asesinato, en sus formas más cobardes, de cientos de personas, o la connivencia política con los asesinos; el ataque a los derechos ciudadanos, sobre todo en Vascongadas y Cataluña; el recurso a los antiguos odios mediante una propaganda de revancha, casi siempre falsaria, sobre la guerra civil; la terca corrosión de la unidad de España cultivando el agravio y el narcisismo regional, vieja técnica totalitaria.


Esos partidos estuvieron siempre muy lejos de sus objetivos. Pero hoy el gobierno, en alianza de hecho o de derecho con ellos, procura con actos consumados y fraudulentos la quiebra de la Constitución, sacrificándola a una "paz" con los asesinos tan imaginaria como la "guerra" que vendría a detener


Tal alianza intenta reducir España a un inviable conglomerado de naciones inventadas, sin apenas lazos políticos o sentimentales entre ellas, mutuamente resentidas, irrisorias en el plano internacional y peones de los intereses de otras potencias. Esta involución antidemocrática divide a la sociedad española, abocándola a una crisis de imprevisibles consecuencias.


Frente a la involución, nosotros, españoles dispuestos a defender nuestra libertad, alzamos la bandera de una España unida y democrática, garantía de la única paz y estabilidad admisibles. Y llamamos a los ciudadanos y a sus asociaciones a impulsar un movimiento por la Constitución, que alerte a la totalidad de la población y restablezca el imperio de la ley. En las manos de todos está impedir un nuevo fracaso histórico de nuestra convivencia.

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